El escritor Miguel Delibes desentrañó hoy la influencia que en su obra literaria ejerció su faceta periodística, básicamente desempeñada en el diario "El Norte de Castilla" entre 1941 y 1963, hasta el punto de ayudarle "a descubrir la humanidad en el hombre y a decir muchas cosas en pocas palabras".
EFE Una docena de libros, algunos tan significativos como "La sombra del ciprés es alargada" (1948), "El Camino" (1950) y "Las ratas" (1962), dio a la imprenta el novelista vallisoletano mientras conjugó la literatura y la información hasta que en 1963 decidió retirarse de la dirección de "El Norte de Castilla". La censura sobre la actividad periodística, que a su modo de ver "sigue existiendo", fue una de las causas de esa deserción que décadas después recuerda como algo pernicioso: "las censuras caprichosas de un hombre sobre otro hombre por conveniencia política son repugnantes", afirmó en una entrevista concedida a Efe al evocar el férreo control informativo del régimen franquista. La economía en las palabras, desde el punto de vista formal, y el calado humanista, en el plano argumental, constituyeron así la herencia que el periodismo legó a una obra literaria que suma cerca de setenta títulos publicados entre 1948 ("La sombra del ciprés es alargada") y 2005 ("La tierra herida"), y que han reunido Destino y Círculo de Lectores dentro de una edición especial. De entre toda ella, Miguel Delibes escogió como libro predilecto "Viejas historias de Castilla la Vieja" (1964), el más pequeño de todos, de apenas medio centenar de páginas, ya que "por su prosa, su paisaje, sus personajes, su movimiento y su sentido del humor, lo considero el más representativo de cuanto he escrito". Novelas, relatos breves, ensayos, artículos periodísticos y crónicas viajeras, entre otros géneros literarios, ha visitado el académico a través de sus libros, prácticamente de todo menos la poesía, que no ha tratado por no haberse considerado capacitado para ello. "Es cierto. Nunca me atreví: veía a la poesía como un género superior o, al menos, fuera de mi alcance. Tenía el convencimiento de que una sola palabra podía hacer descarrilar un poema. ¿Tenía yo el suficiente dominio del idioma para elegir la palabra justa? Siempre desconfié de ello", reflexionó quien con tanto lirismo ha sabido describir a Castilla y sus gentes. Se definió Delibes "sin duda como un narrador rural apasionado por la naturaleza", pero advirtió no obstante de que sus temas "no se quedan en el manido melodrama de ricos y pobres", ya que "el dinero no es el problema, sino el cielo y la tierra. Eso es Castilla y su drama". Acerca de la vigencia y actualidad de su narrativa, avalada por las numerosas ediciones de casi todos sus libros, opinó que de ser así podría deberse al hecho de ser una obra "que está por encima de modas y tendencias". Como académico de la lengua, cuyo sillón "n" ocupa desde 1975, consideró que la salud del idioma español "es buena", por lo que se mostró partidario de incorporarla "como recurso económico o turístico" y, en su caso, hacerlo "con más rigor". Miguel Delibes celebrará el próximo miércoles su octogésimo séptimo cumpleaños con la presentación de su obra completa (Destino-Círculo de Lectores) y la celebración de un congreso internacional que, entre el 16 y 18 de octubre, analizará en la Universidad de Valladolid las claves de su universalidad. Una nutrida nómina de reconocimientos y galardones de todo tipo -académicos, literarios y sociales- ha recibido el novelista desde que el 6 de enero de 1948 fue distinguido con el Premio Nadal de Literatura, todos los más importantes de las letras hispanas y buena parte desde el ámbito universitario. El último ha sido el doctorado Honoris Causa acordado por la Universidad de Salamanca, "que tiene un sentido muy original porque no viene desde la Facultad de Letras, sino de Biología, y su razón de ser muy concreta: por considerarme un ecologista y amante de la naturaleza desde mi discurso de ingreso en la Real Academia", concluyó.
EFE Una docena de libros, algunos tan significativos como "La sombra del ciprés es alargada" (1948), "El Camino" (1950) y "Las ratas" (1962), dio a la imprenta el novelista vallisoletano mientras conjugó la literatura y la información hasta que en 1963 decidió retirarse de la dirección de "El Norte de Castilla". La censura sobre la actividad periodística, que a su modo de ver "sigue existiendo", fue una de las causas de esa deserción que décadas después recuerda como algo pernicioso: "las censuras caprichosas de un hombre sobre otro hombre por conveniencia política son repugnantes", afirmó en una entrevista concedida a Efe al evocar el férreo control informativo del régimen franquista. La economía en las palabras, desde el punto de vista formal, y el calado humanista, en el plano argumental, constituyeron así la herencia que el periodismo legó a una obra literaria que suma cerca de setenta títulos publicados entre 1948 ("La sombra del ciprés es alargada") y 2005 ("La tierra herida"), y que han reunido Destino y Círculo de Lectores dentro de una edición especial. De entre toda ella, Miguel Delibes escogió como libro predilecto "Viejas historias de Castilla la Vieja" (1964), el más pequeño de todos, de apenas medio centenar de páginas, ya que "por su prosa, su paisaje, sus personajes, su movimiento y su sentido del humor, lo considero el más representativo de cuanto he escrito". Novelas, relatos breves, ensayos, artículos periodísticos y crónicas viajeras, entre otros géneros literarios, ha visitado el académico a través de sus libros, prácticamente de todo menos la poesía, que no ha tratado por no haberse considerado capacitado para ello. "Es cierto. Nunca me atreví: veía a la poesía como un género superior o, al menos, fuera de mi alcance. Tenía el convencimiento de que una sola palabra podía hacer descarrilar un poema. ¿Tenía yo el suficiente dominio del idioma para elegir la palabra justa? Siempre desconfié de ello", reflexionó quien con tanto lirismo ha sabido describir a Castilla y sus gentes. Se definió Delibes "sin duda como un narrador rural apasionado por la naturaleza", pero advirtió no obstante de que sus temas "no se quedan en el manido melodrama de ricos y pobres", ya que "el dinero no es el problema, sino el cielo y la tierra. Eso es Castilla y su drama". Acerca de la vigencia y actualidad de su narrativa, avalada por las numerosas ediciones de casi todos sus libros, opinó que de ser así podría deberse al hecho de ser una obra "que está por encima de modas y tendencias". Como académico de la lengua, cuyo sillón "n" ocupa desde 1975, consideró que la salud del idioma español "es buena", por lo que se mostró partidario de incorporarla "como recurso económico o turístico" y, en su caso, hacerlo "con más rigor". Miguel Delibes celebrará el próximo miércoles su octogésimo séptimo cumpleaños con la presentación de su obra completa (Destino-Círculo de Lectores) y la celebración de un congreso internacional que, entre el 16 y 18 de octubre, analizará en la Universidad de Valladolid las claves de su universalidad. Una nutrida nómina de reconocimientos y galardones de todo tipo -académicos, literarios y sociales- ha recibido el novelista desde que el 6 de enero de 1948 fue distinguido con el Premio Nadal de Literatura, todos los más importantes de las letras hispanas y buena parte desde el ámbito universitario. El último ha sido el doctorado Honoris Causa acordado por la Universidad de Salamanca, "que tiene un sentido muy original porque no viene desde la Facultad de Letras, sino de Biología, y su razón de ser muy concreta: por considerarme un ecologista y amante de la naturaleza desde mi discurso de ingreso en la Real Academia", concluyó.
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